¿Qué pasa si me baño con mis joyas en la piscina?
El agua del mar puede ser un poco peligrosa para tus joyas. El alto contenido en sal puede ser corrosivo e incluso puede llegar a oxidar tus complementos. La sal puede corroer concretamente algunas joyas más que otras, por ejemplo las cadenas, la soldadura en los puntos de unión de algunos diseños o la pedrería.
El mar no es bueno para las joyas de plata en general, pero todavía es peor para las joyas de plata que contienen un baño de oro.
Es cierto que los chapados en oro les dura más a unas personas que a otras, dependiendo del ph de su piel, que puede ser más fuerte y dañar el color del oro con más rapidez, pero diríamos que el mar es el peor enemigo para las piezas que contienen un baño de oro.
¿Puedo mojar mis joyas en el mar?
Bañarse en el mar con joyas puede parecer inofensivo, pero el agua salada es uno de los mayores enemigos de tus piezas favoritas. Su alto contenido en sal puede ser corrosivo y dañar materiales como la plata de ley 925 o las joyas bañadas en oro, provocando oxidación o pérdida de brillo.
¿Qué joyas se dañan más en el mar?
Las cadenas, las soldaduras de unión y las piezas con pedrería suelen ser las más afectadas. Si tus joyas tienen un baño de oro, el daño puede ser más evidente y rápido, especialmente si tienes un pH de piel más ácido, lo que acelera el desgaste del chapado.
¿Qué hacer con tus joyas antes de ir al mar?
Nuestra recomendación es clara: no te bañes con joyas en el mar. Guárdalas antes en un pequeño neceser o en una bolsita de viaje para protegerlas.
¿A que no te metes al mar con los zapatos puestos? Pues las joyas necesitan el mismo mimo.
¿Y si ya te has bañado con ellas?
Si te has metido al agua con tus joyas, enjuágalas de inmediato con agua dulce y sécalas con un pañuelo suave o una toalla. Aunque no sea lo ideal, este paso puede alargar su vida útil.
¿Qué pasa si me baño con joyas en la piscina?
Con el verano a la vuelta de la esquina, las ganas de piscina y playa son cada vez más fuertes. Sentir los rayos de sol en la piel caliente, un trozo de fruta fresca y la brisa del mar son de nuestras cosas favoritas sin ninguna duda. Los amaneceres y los atardeceres son únicos y el fresquito en la piel cuando cae el sol son momentos donde pararías el tiempo.
Veranear en la Costa Brava, deja huella. Seguramente por eso parte de nuestra colección está inspirada en experiencias y momentos vividos durante todos esos veranos. Ya sea aquí o en cualquier otra parte del mundo, esta época del año seguramente nos haga más felices a la mayoría.
Y sí, nos ha picado la curiosidad y buscando por internet hemos encontrado varios estudios que lo confirman. Como que “se dice que el sol nos hace más felices. La luz solar provoca la liberación de un semioquímico conocido como serotonina que estimula la circulación sanguínea y refuerza el sistema inmunológico. El resultado es que simplemente nos sentimos mejor.”
¿Eres más de verano o de invierno?
Hay gente que se cataloga como “yo es que soy más de invierno” y el resto de la población como “yo soy de verano”.
Seguramente muchas nos sintamos mejores con nosotras mismas porque estamos un poquito más morenas y eso también influye en nuestro humor, en cambio el calor puede irritar a algunas personas.
El verano parece que nos da vida, que tengamos más ganas de salir y hacer planes, de arreglarnos un poquito más o cuidarnos.
Las joyas siempre son un complemento importante en nuestros looks de verano. Collares, pulseras y tobilleras cogen más protagonismo en esta época del año y sabemos que, aunque tengamos nuestras piezas más especiales para ocasiones, los básicos y las joyas que no nos quitamos en ningún momento durante el verano.
Es normal que nos de pereza ir quitándonos las joyas cada vez que queremos darnos un chapuzón, pero si hacemos eso debemos saber que no es lo mejor para que las piezas luzcan brillantes durante mucho tiempo.
Para saber el cuidado de nuestras joyas tenemos un post que quizás os pueda interesar sobre trucos para limpiar tus joyas de plata.
Y aquí llega la gran duda….
Definitivamente te diría que el cloro es todavía peor que la sal del mar. Personalmente evitaría a toda costa bañarme en la piscina con mis joyas. Aunque si decides hacerlo, comentarte lo mismo que con el agua del mar… lavarlas lo antes posible es lo mejor que podéis hacer. Pero esta vez con más cuidado, es decir, usar agua fría o tibia con un poquito de jabón, enjuagarlas muy bien y secarlas para que no cojan humedad.
Es cierto que la plata bañada en oro es un poco más delicada que la plata de Ley 925 sin ningún tipo de chapado, pero igualmente te aconsejamos que las cuides y las mojes lo menos posible para una mejor conservación.
Las joyas son agradecidas, si las cuidas y las mimas te durarán mucho más.
Con joyas o sin, esperamos que disfrutéis del verano desde cualquier parte del mundo. Nosotras estaremos por la Costa Brava… ¿y tú? Cuéntanos adónde vas a pasar tus vacaciones de verano 🙂 ¡Os leemos!
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